Filmus sobre Kirchner

Esta parte de la muy interesante entrevista que le hicieron los bloggers María Esperanza Casullo y Mendieta a Daniel Filmus para Artepolítica es directamente alucinante:

MEC: ¿Y vos que fuiste uno de los primeros, mejor dicho, de los ministros el primero del primer gabinete, cómo fue esa etapa de trabajar con Néstor en ese momento? Así, una semblanza más personal digamos…

Daniel Filmus: Sí, sí, un privilegio impresionante… por múltiples razones yo siempre digo que Dios ha sido muy generoso conmigo por las cosas que me pasaron, y sobre todo por haberme dado esa oportunidad. Primero lo de volver a soñar lo del 70, que pensábamos que ya había pasado. Un amigo mío me decía, no vamos a vivir la revolución, no porque falte mucho sino porque ya pasó. Que tengamos la revolución de vuelta por delante, tuvimos la revolución por delante y como que además fue, como dice Julio Godio, una revolución desde arriba, con el 22% de los votos. Yo tuve un fenómeno adicional. Es que conocí un viernes a Néstor y asumimos el domingo… así que yo el viernes le di la mano y bajé 5 kilos en una semana. No era gordo, pero bajé 5 kilos en una semana. Mirá, te voy a mostrar algo que me regalaron hace poco. Es la servilleta enmarcada con la que votamos con mi equipo ese viernes si nos quedábamos a trabajar con Ibarra en la ciudad, porque yo era el candidato a vicejefe de gobierno, o aceptaba ser ministro de educación de Néstor. Es decir ese día, era mi cumpleaños y estábamos en una mesa festejando el cumpleaños y votamos si íbamos al ministerio de la cudad o al gobierno nacional…

Mendieta: Tres a tres.

Daniel Filmus: Es secreto el voto, éramos seis. Seis compañeros con los cuales compartía la gestión de la ciudad… imaginate cómo será…

Mendieta: ¿Y quién definió?

Daniel Filmus: Definió Néstor… en ese momento yo era candidato de vice jefe de Ibarra, entonces llamó Néstor, y dijo “Ibarra no rompas las pelotas con esa interna acá” y todo duró un minuto. Al minuto yo estaba ahí sentado. Aparte no sólo eso, yo asumo el domingo y ahí estaba con mi señora, con mis hijas… y de pronto ¿dónde está Néstor, dónde está? Y salimos todos a buscarlo, porque la verdad es que estaba todo listo para asumir y no se lo veía por ningún lado. Y de repente aparece que le habían golpeado en la frente y pensé, está totalmente loco este hombre, dónde me metí. Eso fue el domingo, el lunes a la noche yo tenía que empezar pero había paro docente en Entre Ríos y siete provincias. Lo voy a ver y le digo, Néstor, no puedo asumir la educación de un país que no tiene clases. Y mirá hay que ir a resolver el conflicto… Y el me dice ¿vos lo tenés resuelto? Y yo le digo, mirá, tengo más o menos resuelto, Y él me pregunta, ¿cuánto necesitás? Necesitamos 70 millones de pesos. Bueno está bien, los tenés. El país estaba en la lona, me da 70 millones de pesos. Y le digo mirá, si le damos 70 millones a Entre Ríos, tenemos que darle 90 San Juan y así. Y él me dice, decime todo de golpe, ¿cuánto es? Yo le dije, mirá, son todo 270 millones de pesos, y pienso, éste me mata acá… Pero él lo piensa dos minutos y me dice “está bien, tenés los 270 millones de pesos”.

Pasaron dos cosas más. La primera me dice, estoy hablando del lunes a la noche que asumíamos, “pedí la avioneta, mañana salimos mañana a las 7 de la mañana para Entre Ríos y resolvemos el conflicto”. Yo tenía miedo en esa avioneta, entonces le dije mirá, por qué no hacemos al revés,

yo voy en auto te espero ahí, te aviso cuando tengo resuelto el tema y vos te venís y no sé qué. Y me cagó y me dice “no, no, te presto la avioneta. Andá vos primero en la avioneta y después me viene a buscar a mi”.

Eso fue lo primero, lo segundo es que voy a salir y me lo encuentro a Lavagna afuera, muy calmo, entonces vuelvo a entrar y le digo “mirá que yo no te conozco, pero te lo tengo que decir, afuera está el ministro de economía ¿le digo de los 270 millones de pesos, antes de que mañana se entere por los diarios? Y me mira, y ahí entendí toda la política en un día, me miró así y me dijo “el presidente soy yo”. Qué boludo, años perdí… porque otro te mandaba a hablar con el ministro de economía, así el ministro de economía te decía “mirá, plata no hay”. Pero al final es una decisión política.

O sea que ese tema lo dije una vez y se convirtió en tema de un artículo en el diario. Vamos y arreglamos el tema con Marta Maffei en aquel momento, hay una filmación que me la pasaron hace poco en canal 7, arreglamos, discutimos, negociamos el tema, lo llamo, él viene al mediodía… el gobernador era Montiel, un gobernador radical, yo creí que no sabía nada, viene el avioncito, viene con Aníbal Fernández, con Miguel Núñez, nada más. Todavía la noche anterior sale y dice “che, mañana vamos a Entre Ríos, ¿alguien tiene alguien, algún conocido, alguien que nos espere con auto?” El presidente de la nación, te imaginás, pregunta si había algún conocido para ir a buscarnos, en vez de la custodia y todo eso.

Bueno, llegamos y por supuesto había una seguridad enorme cuando vino el presidente, a la derecha está Montiel y la izquierda estoy yo. Entonces me dice, “¿adónde vamos?” Tenemos un problema, porque el sindicato quiere que hagamos un acto público con todos los trabajadores, etc etc… el gobernador quiere hacerlo en la casa de gobierno. ¿Y vos dónde decís? Y, es mucho más lindo con los trabajadores. Bueno, vamos para ahí… el gobernador. Baja en medio de la plaza, había 10 mil tipos en la plaza, porque estaban en huelga los estatales. Acá yo digo bueno, acá estamos, solos, él y yo e Ignacio (Arnaiz), que estaba conmigo, uno grandote. Él sólo, sólo bajó. Nosotros dos defendiéndolo. Al gobernador lo tiraron al piso y le empezaron a pegar y no pudo llegar. Yo tenía el acta para firmar en la mano, y en el forcejeo para entrar ahí se me perdió el acta, entonces en el momento de firmar, decimos qué firmamos, porque no había nada que firmar. Tuve que pedir unas hojas prestadas en blanco para la televisión, hacer que firmábamos algo. Y cuando vamos a salir toda la seguridad me dice “salimos por el costado”, no sé qué… vamos al auto… y él en vez de ir por el costado se va por el medio, se tiró arriba de la gente, que era lo que a él más le gustaba, estar con la gente, tardamos una hora, nosotros esperándolo a él para subir al auto. Él en vez de subir al auto quiso a ver al gobernador que estaba golpeado, entonces fue a la casa del gobernador caminando dos cuadras, con la gente que se le subía encima.