Crítica del episodio 3×07 de Game of Thrones (para novatos)

Brienne y el osoTraducción de la crítica de Alan Sepinwall de «El oso y la doncella», el séptimo episodio de la 3ª temporada de Game of Thrones. El artículo NO contiene spoilers de los libros de Canción de Hielo y Fuego, porque su autor no los ha leído, así que aquellos que tampoco hayan leído las novelas o aún no hayan terminado de leer Tormenta de Espadas pueden leerlo sin spoilearse.

[ADVERTENCIA: SPOILERS DEL EPISODIO 3×07 A CONTINUACIÓN]

«Las personas trabajan juntas cuando les conviene. Son leales cuando les conviene. Se aman cuando les conviene. Y se matan cuando les conviene» — Orell.

Luego de los grandes eventos de las últimas semanas (Dany arrasando Astapor, los salvajes trepando el Muro), «El oso y la doncella» es más bien un episodio donde se «mueven las piezas», llevando a los personajes desde el punto A hasta el punto B ya sea en el terreno geográfico (los salvajes marchando hacia el Castillo Negro, Melisandre y Gendry navegando hacia Rocadragón) o emocional (Sansa y Tyrion esforzándose por aceptar su inminente boda). Es uno de los más meticulosos de todos, mostrando todas las tramas que esta temporada ha puesto en marcha. Y porque fue dirigido por Michelle MacLaren —que aporta la misma visión que aplica tan brillantemente en Breaking Bad— y escrito por el propio George R.R. Martin, es probablemente el mejor episodio de «movimiento de piezas» que vamos a ver.

Comencemos con lo visual. Game of Thrones ha empleado a un montón de grandes directores (Tim Van Patten, Alan Taylor y Neil Marshall, para nombrar a tres), de modo que el hermoso trabajo de MacLaren en este no fue una anomalía. Y algunas de las mejores imágenes del episodio —por ejemplo, la toma desde arriba del barco de Melisandre navegando encima de los restos de la flota de Stannis en la Bahía del Aguasnegras— le deben tanto al departamento de efectos viuales como al trabajo de MacLaren y del director de fotografía. Pero al igual que la secuencia final del episodio de la semana pasada, aprecié lo mucho que «El oso y la doncella» permitió que las imágenes nos narraran la historia.

Tomemos, por ejemplo, la visita de Tywin a Joffrey en el salón del Trono de Hierro. Abrir la escena con la muy larga caminata que Tywin tiene que hacer simplemente para llegar de un extremo a otro de la habitación subraya el argumento que hará más adelante sobre el tiempo que desperdiciarían celebrando las reuniones del Consejo Privado en su ubicación tradicional. Y las tomas de Tywin a los pies del Trono, seguidas por las de Tywin de pie frente a su nieto —quien, por ahora, sigue aceptando órdenes del viejo con un temor que no tiene hacia nadie más— nos muestran con elegancia la historia del equilibrio de poder que debería haber en su relación en términos legales, y luego lo que es realmente esa relación.

O veamos la reunión de Dany con el representante de Yunkai. Esta es tanto una historia de transición —Dany decidiendo que para erradicar los males de la esclavitud vale la pena retrasar su viaje al otro lado del Mar Angosto— y un episodio de transición. Sin embargo, las imágenes —en especial la bella imagen de Dany recostada cómodamente en su sofá real, rodeada de sus dragones— nos dicen mucho sobre la posición a la que Dany ha ascendido en solo unos pocos episodios, y lo cómoda que se siente demostrando su nuevo poder. (Y las imágenes inversas del embajador yunkio flanqueado por sus esclavos y por los Inmaculados describían muy bien tanto la base de la economía de la ciudad, y la amenaza que representa el ejército de Dany para ella.)

Además, dado que MacLaren fue responsable de una de las mejores escenas de acción en la historia de la televisión, se me ocurren pocos directores más capacitados para filmar la escena de un combate del que participan una Brienne de Tarth mal armada, un Jaime Lannister manco y… ¡¿MENCIONÉ AL MALDITO OSO GIGANTE?! Estuvo maravillosamente ambientada y ejecutada, y también sirvió para hacer avanzar la historia de esos dos personajes. Brienne le había quitado a Jaime la responsabilidad de salvarle la vida, insistiendo en que su deuda con ella sería pagada si él aseguraba la libertad de las hijas de Cat, pero Jaime no solo insiste en volver por ella (*), sino que salta dentro del pozo, sabiendo que arriesgar su propia vida obligará a los hombres de Bolton a salvar la de Brienne en el proceso.

* Jaime actúa principalmente por lealtad a Brienne luego del tiempo que pasaron juntos, pero ¿acaso no pensará también que es dudoso que su padre permita que Sansa y Arya (quien él cree que sigue siendo una rehén) sean liberadas?

El acto desinteresado de Jaime contradice la lección que el warg le da a Jon Nieve al comienzo del episodio acerca del egoísmo de todas las relaciones humanas, y «El oso y la doncella» dedica un montón de tiempo a ocuparse directamente de qué es lo que une a cada pareja de personajes.

Más allá de Jaime y Brienne —que son mi dúo favorito de personajes de Game of Thrones de esta temporada, superando a Olenna/Tywin, Tyrion/Bronn y, por muy lejos, a Theon/Torturador misterioso—, el material más fuerte involucró a Jon Nieve e Ygritte, cuando él pudo verla deslumbrada ante los aspectos más mundanos de Poniente, y ella pudo darse cuenta que él sigue viendo a su pueblo como «ustedes» en vez de «nosotros». (Aunque la frase del warg acerca de que Ygritte ya no lo amará «cuando te enteres de lo que realmente es» sugiere que las cosas son más complicadas que eso; se ha sugerido en el pasado que la madre de Jon no es quien Ned dijo que era). Si bien puede que Kit Harington jamás sea el actor más dinámico del elenco, su relación con Ygritte se ha ido volviendo más interesante a medida que se acercan a su destino (y ya atravesaron un hito importante al trepar al Muro).

Ojalá pudiera decir lo mismo acerca de Bran y sus amigos, y de Theon y su torturador, aunque por ahora estoy dispuesto a esperar que los primeros lleguen al territorio de los salvajes. Pero no tengo más ganas de seguir viendo escenas de «La Pasión de Greyjoy», sin importar quién sea el hombre desconocido y cuáles sean sus planes.

Por otro lado, las escenas de Sansa y Tyrion intentando, cada uno por su lado, aceptar su futuro matrimonio, fueron excelentes; incluyendo la primera escena de Tyrion y Bronn desde hace semanas, Margaery dándose cuenta de lo ingenua que es su futura tía política y especialmente la dolorosa conversación entre Tyrion y Shae. No solo fue otra discusión sobre la naturaleza de su relación, sino una donde —al igual que en la reunión de Dany y el yunkio y la charla de Jaime y Brienne sobre su deuda con ella— se planteó una pregunta muy válida. Tyrion piensa que puede ganarse a Shae cubriéndola de regalos, dinero, una casa, guardias, etc., y que todo estará bien; ella es consciente del peligro que representa su padre, y también de lo que ocurrirá cuando ella envejezca y Tyrion pase más tiempo con su hermosa y joven esposa. Tyrion es un buen hombre —y, dejando de lado las circunstancias, la mejor de sus tres opciones matrimoniales, aunque ella no lo vea de esa manera—, pero tiene sus debilidades, que incluyen su apego a su familia y su riqueza. Casarse con Sansa lo involucra más profundamente en los juegos de poder de su padre, y si bien Shae no es clarividente, puede darse cuenta de lo que será el futuro para ellos si el matrimonio tiene lugar.

En general, no fue un episodio con muchos hechos importantes, pero, aparte de algunos puntos débiles que ya han aparecido antes en la temporada,  fue uno bastante satisfactorio (y bonito).

Otras reflexiones:

  • Una de las cosas más frustrantes de la historia de Bran y Jojen es que Jojen es el tipo de personaje de los cuales Lost estaba lleno, que sabe mucho más de lo que está dispuesto a decir, e insiste en que daría respuestas si pudiera hacerlo; es aburrido. Osha al menos sabe cómo contar una buena historia.
  • Si bien no la cronometré, creo que Arya tuvo esta semana su aparición más breve, cuando huyó de la Hermandad y terminó inmediatamente capturada por el Perro. Pudimos ver en el pasado que Clegane siente algo de afecto por la hermana de Arya (y le ofreció liberarla de Desembarco del Rey mucho antes que Meñique o los Tyrell), pero Arya no ha mostrado más que desprecio por él, lo que sugiere que tan solo acaba de convertirse en la rehén de alguien más.
  • ¿Esta es la primera vez que en la serie dicen que Tywin fue la Mano del Rey Loco?
  • Algunos de los comentaristas han manifestado sus sospechas hacia Talisa en el pasado, pero su escena post-coito con Robb de esta noche —centrada en la noticia de que ella está embarazada de su hijo— fue la primera vez que yo comencé a preguntarme si ella podría estar espiándolo. Algo acerca de la ambientación de la escena y de la actuación de Oona Chaplin me pareció intencionalmente extraño.
  • Me encanta el diseño de los Inmaculados, y la manera en que siempre hacen chocar sus escudos y lanzas al unísono. Una enorme y precisa máquina de matar.
  • Todavía falta para ver qué es lo que Melisandre tiene planeado para Gendry, pero por la forma en que ella habla y se relaciona con él, no parece que esté pensando en desangrarlo cuando lleguen a Rocadragón.
  • La escena Tywin/Joffrey fue útil no solo por mostrarnos que, por ahora, Tywin es capaz de controlar al chico de una manera en que su madre no puede,  sino por mantenernos al tanto de lo que los Lannister saben sobre lo que está sucediendo en otros lugares de la serie. Al igual que con la escéptica reacción del Consejo Privado en la temporada pasada a las noticias de zombies en el Norte, sabemos que Tywin está subestimando el peligro que eventualmente enfrentará desde el Este, incluso con los relativamente pequeños dragones de Dany.
  • Me encantó que Hodor haya necesitado una larga pausa para considerar la pregunta de Osha antes de dar su respuesta habitual.

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1 comentario

  1. Dulce

     /  martes, May 21, 2013

    Me encanta que adviertan los spoilers, lo agradezco. Esta serie es increíble y la Temporada 3 Game of Thrones es impresionante, como toda la serie, es genial cómo manejan un tema como lo medieval.fantástico y lo vuelven algo tan verosímil.

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